Publicado en Cinco Días el 30 de mayo de 2018
Pablo Hernández de Cos es aire fresco para el Banco de España. No se trata de desmerecer a sus antecesores pero, además de su perfil más joven, otros rasgos le acercan a los de un banquero central moderno, como su conocimiento académico y su capacidad técnica para lo que se acostumbra. Una apreciación tal vez algo ventajista pero sintomática es que el nombramiento ha sido poco o nada contestado –algo a lo que tampoco estamos acostumbrados en España– a pesar de que el momento político es bastante convulso.
Tiene el temple, tranquilidad y reconocimiento precisos. El mismo que hemos podido comprobar muchos de los que le conocemos para navegar con seriedad, silencio y discreción entre los múltiples rumores que han precedido a su nombramiento.
¿Qué puede esperarse de un gobernador del Banco de España en 2018? Las funciones de la institución están naturalmente limitadas desde la integración en el euro pero sigue siendo de extraordinaria importancia y es a través de las mismas por las que se puede juzgar el currículo y potencialidades del nuevo gobernador.
El Banco de España es miembro del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) y del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) y desempeña un papel esencial en España como participante coordinado de la política monetaria de la zona del euro, de supervisor de la solvencia de las entidades financieras, garante del buen funcionamiento de los sistemas de pago, de la emisión de billetes de curso legal y de la elaboración y difusión de un material estadístico y de análisis económico que es de obligada referencia.
La trayectoria de Hernández de Cos le hace acreedor de capacidades demostradas para desempeñar estas funciones, por la variedad y representatividad de los cargos y funciones que ha desempeñado. Tal vez una de las más obvias es su capacidad de interlocución con un BCE que conoce muy bien y donde, a su vez, es bien conocido. Fundamentalmente, por su presencia como asesor del Comité Ejecutivo del BCE entre 2004 y 2007.